ENSAYO
SOBRE LA EDUCACIÓN SIGNIFICATIVA COMO ALTERNATIVA DE CAMBIO
Recuerdo varias anécdotas
escolares cuando era niño, por ejemplo los niños lloran en el primer día de
clases, o cuando se decía abiertamente que el conocimiento a sangre entra, son pasajes
reales de los adultos actuales, épocas distantes sobre la forma de proporcionar
educación a los niños y jóvenes, donde el maestro imponía su atención para que
los niños nos aplicáramos a la lección del día, cualquiera que fuera el tema o
la materia, lo cual no era del todo gratificante. Al final esta gran lección
era el temor a que se repitiera el castigo al siguiente día de clases, se
utilizaban además las palabras que calificaban a los jóvenes estudiantes de
“burros”, “cabezas huecas”, etc., con la finalidad de motivar a que lográramos
el objetivo preestablecido, impuesto, que como explicación menciono. Lo que
ocurría es que no se tenía un estudio profundo sobre los intereses y cualidades
personales de cada uno de los educandos, se preparaba en un ambiente total de
la rigidez y del gozo por la memorización, utilizando las técnicas del estudio
oral, en coro por el grupo, y tomar la clase de memoria uno a uno de los
alumnos. Causando con ello que se estudiara con miedo sin reflexionar las
lecciones que como tarea debíamos expresar, no comprender, lecciones que no
relacionábamos con el mundo que nos rodeaba y toda ciencia solo era papel no
natural. Para evitar los regaños, gritos y enfados con el maestro debíamos
contestar lo que un día anterior estaba en el libro pero no se relacionaba con
la practicidad de alguna vocación, vocación que no percibíamos, o mucho menos
teníamos apoyo para descubrir la propia, sin metodología que no indujera a
comprender las definiciones, y explicar los fenómenos sociables y de la naturaleza.
Pues bien, mediante la
ejemplificación anterior encontramos la gran necesidad de propagar el origen de
la necesidad de propagar el origen de necesidad de relacionar el acto de
enseñar con el acto de aprender, lo que ayuda los niños y jóvenes a encontrarse
consigo mismo, mediante la motivación al encuentro de un modo futuro de vida,
sin imposición de las condiciones de incorporar y asimilar nuevas respuestas,
conductas y valores que son en realidad tomadas por la autonomía personal,
basada en la esencia de la personalidad, como individuo que tiene intereses por
la autorrealización y esto último le crea el sentido de la vocación a su vida,
vocación que proviene de la experiencia que le da su entorno social y cultural
entre otros elementos. Dichas experiencias son tomadas para aplicarlas en su
actuar diario, al fin y al cabo es el individuo quien toma su propia
responsabilidad de entre muchas alternativas para lograr el propio objetivo de
su existencia.